Democracia Irreal.
Juan Ferrero
Como es sabido, allá por los años 70, Estados Unidos decidió apoyar
las dictaduras, sobre todo en las naciones de su área de influencia, es
decir, el continente americano. Protegían al dictador de turno y permitían
su enriquecimiento personal y el de su familia, así como los abusos sobre
el pueblo, a cambio de que Estados Unidos se apoderarse de los recursos
naturales de esos países. Pero este tipo de dictaduras y sus desmanes
producían el descontento y la rebelión en el pueblo, dando lugar a un malestar
latente que desembocaba en las guerrillas, que tantos quebraderos de cabeza
les ocasionaron.
Con el paso del tiempo, Estados Unidos se da cuenta de que existe otro tipo
de dictadura que evita los inconformismos y da el mismo resultado económico
e ideológico: la dictadura de la democracia burguesa. Y los dictadores antiguos
comienzan a caer y a ser sustituidos por el nuevo modelo social.
En las democracias burguesas (porque las democracias tienen apellidos),
los ciudadanos no ven motivos para levantamientos y revoluciones, porque
creen que son libres al permitírsele echar un papel en una urna cada periodo
establecido (en España, cada cuatro años). Aunque lo cierto es que el
ciudadano no decide nada ni cambia nada. Lo único que hacen es elegir a
aquellos gobernantes que le dicen lo que hay que votar; gobernantes que, a su
vez, salvo excepciones, defienden y están al servicio de los grandes poderes
económicos. Hasta Obama, el presidente de la nación más poderosa del
mundo, Estados Unidos, tiene que estar pendiente de lo que le indiquen estos
grandes poderes económicos.
Alguien podría argumentar que en la democracia, aunque sea burguesa, si
los ciudadanos se lo propusieran, podrían cambiar el modelo social vigente.
Pero es que la democracia burguesa tiene truco, porque posee toda una
maquinaria para modelar a las personas desde la infancia, convirtiéndolas en
seres completamente inofensivos, incapaces de cuestionarse ninguna de las
órdenes que vienen de esos grandes poderes que venimos citando.
Podríamos imaginar un rebaño de ovejas que encierran en un corral para
sacarle lana, leche y carne, y al que hubiesen podido convencer de que fuera
del corral están los lobos. Seguro que, aunque le dejaran abiertas las puertas,
ninguna de las ovejas saldría fuera a buscar el instintivo camino hacia su
libertad.
La democracia burguesa intenta criarnos y educarnos como simples ovejas
y, aunque nos deja las puertas abiertas, esa educación borreguil y el miedo al
lobo, evita que nadie se mueva. Y todo para que esas clases económicamente
poderosas puedan mantener sus privilegios a costa de la población.
Esto es lo que hay. Esta es la dictadura de la democracia burguesa; de la
democracia irreal, que es contraria a lo que pide el movimiento del 15-M, es
decir, la democracia auténtica, la Democracia Real.
Muchas gracias por el artículo.
En el documental de M MOORE "el capitalismo una historia de amor" hay una imagen gráfica de lo que el señor Ferrero llama democracias burguesas, una imagen en que un alto directivo de Goldman le dice a Reegan lo que tiene que hacer.
ResponderEliminarEn la actualidad tenemos más imágenes como los gobiernos de Grecia a Italia en manos de dictadores de los mercados (dictaduras sí, pues no se han elegido a sus gobernantes en las urnas), o en nuestro país a Rajoy y su portavoz explicandole los presupuestos a un miembro del gobierno de la Merkel antes que al pueblo español.
Lo peor es que las dictaduras impuestas por el liberalismo económico y los mercados especulativos carentes de normas, y de verguenza, son más difíciles de derrotar, pues el pueblo, en general zafio y burdo, no las reconoce como dictaduras. Hagansé los lectores una pregunta, ¿quién del 38 % de votantes que opto en las últimas generales por el PP parta otorgarle una mayoría absolutísima gracias a la injusta ley electoral votó el copago sanitario, la subida del IRPF, o el que despidan por estar enfermo 9 días en dos meses de forma gratuita?.
Que bellísimo artículo!!!!!
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