El artículo, que podemos leer hoy en el diario Público es el siguiente:
Lo que las togas no tapan
"Comienzan los juicios contra el juez Garzón y la afición se divide. Los que son críticos con él destacan otros procesos del pasado con los que no están de acuerdo, pero cabría apuntar que no son aquellas supuestas irregularidades procesales las que le llevan al banquillo.
A mí no me cabe duda de que está siendo víctima de una persecución ideológica por parte de la judicatura. Le esperan tres procesos y lo irregular es que en ninguno de ellos existe acusación de la Fiscalía. Le han negado testigos y recusaciones, dándose la esperpéntica circunstancia de que alguno de los magistrados que tienen que juzgarle con “imparcialidad” le acusa en otro proceso donde, además, actuó de asesor de la acusación particular para que la demanda prosperara. ¡Ay, qué risa!

Ante el lío que se ha armado, algunos exigen respeto por la Justicia. Yo lo tengo, y creo que más que algunos encargados de administrarla que nos obligan a vivir esta bochornosa farsa sectaria."
El Gran Wyoming.
Muchas gracias por este interesante artículo.
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